sábado, 27 de febrero de 2010

Me costó una mentira, pero logré ahogar un suspiro.
Ese tan espontaneo al leer tu nombre.

martes, 9 de febrero de 2010

Pasé a tu lado y no sentí nada.
Ni un rastro de emoción, torpeza, nervios…
Nada.
Anduve libremente en la indiferencia.
Me pude concentrar.
Olvidé buscarte con la mirada.
No fingí.

Echo de menos hacerlo.

lunes, 18 de enero de 2010

Nada que decir

Mirarte en silencio. Que me mires sin palabras. Hablar de amor sólo es bueno cuando se es sincero.

sábado, 16 de enero de 2010

Irreversible

Hoy le propuse comenzar de nuevo y se negó; de antemano sabía que lo haría. Tienes que saber que eres muy predecible. Yo una mentirosa.

jueves, 7 de enero de 2010

A veces, cuando dice su nombre, suelen preguntarle por Eva.

Mi mejor amigo es un tanto peculiar. Es una persona seria y curiosa. Adjetivos como responsable, dedicado y confiable van en su temperamento. No tiene tatuajes, ni perforaciones. Es el chico bueno de las películas. Un raro espécimen de caballerosidad. Le gusta ondearse con reflexiones. Sabe escuchar y disfrutar silencios. Mantiene los pies en la tierra con un realismo que me llega a bajar de las nubes. Tolera y respeta. No suele equivocarse, no porque lo sepa todo, sino que le da vuelta a las cosas. Su sentido del humor es irónico y bizarro. Piensa mucho –a veces demasiado- las decisiones. Le gusta lo planeado.

No bebe, ni fuma. Todos los días toma píldoras de sencillez, porque he de mencionar, que en su lado oscuro se esconde una vanidad y egocentrismo que apenas él reconoce. Reservado y observador. Es complejo a la hora de analizar y puede ser molesto algunas explicaciones científicas (más si éstas son basadas en tu persona). Le gustan los deportes y el arte a la par. Es inteligente y consta de una amplia sabiduría coloquial, supongo que los camiones, el trabajo y la familia son parte de sus libros cotidianos.

Mi mejor amigo es sentimental y romántico. Ama muchas cosas. No le gusta gastar los “te quiero” ni los abrazos. Es profundo. Obsesivo. Puntual. Terco. Competitivo. Puede hacer de todo –aunque sea mal- y lo termina. Busca cosas nuevas y muchas veces, se queda con las mismas. Para él, los detalles son realmente significativos.
Dice datos curiosos en momentos raros y tiene complejo de papá. Cuando esperas un “wuw”, te sale con un “Peeero, ten cuidado que…” bla bla bla. Le gusta el pollo, aunque no tiene mucho que ver. Negro y rojo son sus colores.

Interrogatorio

-¿Tienes mejor amigo?-
-Sí-
-Dije amigo, hombre, sexo masculino… gay no se vale-
-Sí-
-¿En verdad?-
-Sí-
-¿Se gustan?-
-No-
-¿Alguna vez se gustaron?-
-No-
-Dije que gay no se valía-
-Que no es gay-
-Tampoco imaginario-
-…-
-Dios santo, ¿cómo es?-

jueves, 17 de diciembre de 2009

Amante

Me gusta ser amante. No en el sentido promiscuo de la palabra, donde el sexo viene siendo su única connotación. No. Me gusta ser amante como mujer que ama y la aman. Sentir con los ojos, las manos, las sonrisas y todas las extremidades. Sentir gozo o dolor, pero al final, sentir. Me gusta ser amante y tener amantes a quienes mirar a los ojos y con el brillo mismo, crear poemas y promesas. Promesas que van y vienen, se cumple o descumplen, que hacen sonreír o llorar, pero logran hacer algo. Me gusta ser amante y estoy consciente que para serlo, hay que ser libre, ser capaz de desnudar mis sentimientos y dejarlos correr, bailar, mostrarse. Libre de prejuicios, aun cuando yo sea prejuiciada. Me gusta ser amante de la vida y mis sueños, de las palabras solas o acompañadas, amante de todo o nada. Y siendo así, no concibo ya otra forma de existir.