sábado, 27 de febrero de 2010

Me costó una mentira, pero logré ahogar un suspiro.
Ese tan espontaneo al leer tu nombre.

martes, 9 de febrero de 2010

Pasé a tu lado y no sentí nada.
Ni un rastro de emoción, torpeza, nervios…
Nada.
Anduve libremente en la indiferencia.
Me pude concentrar.
Olvidé buscarte con la mirada.
No fingí.

Echo de menos hacerlo.